Cuando asumió Bolsonaro, en un escenario de una economía debilitada por la recesión de los años anteriores, el presidente tomó sus decisiones.

Redujo las inversiones públicas, avanzó poco en la agenda de reformas y detuvo el programa asistencial Bolsa Família, lo que hizo que la lista de espera creciera. Con el empeoramiento de la crisis social tres meses antes de las elecciones, el presidente y aliados intenta un Proyecto de Enmienda Constitucional para distribuir R$ 41,2 mil millones en ayuda.

El PIB (Producto Interno Bruto) per cápita, indicador que muestra la producción de riqueza dividida por el número de habitantes, cerró el año pasado en US$ 7.500 (R$ 41 mil). Se trata de US$ 5.726 (R$ 31 mil) menos que el pico, registrado en 2011. El valor actual equivale al nivel de 2007. En 2018, último año del gobierno de Temer, el indicador estaba en US$ 9.151,40.

Los datos sobre la renta media de los brasileños también muestran este empobrecimiento. La renta media cayó de R$ 2.823 a principios de 2019 a R$ 2.613 en el trimestre de marzo a mayo de este año, según el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística.