El martes, Rusia anunció planes para la reducción “drástica” de sus operativos militares en los alrededores de las ciudades de Kiev y Chernígov, pero la afirmación fue recibida con un profundo escepticismo por parte de Ucrania. Las autoridades de Chernígov dijeron que las fuerzas armadas rusas llevaron a cabo ataques en la ciudad durante la noche, mientras en Kiev las sirenas antiaéreas sonaron repetidamente.

El martes, al menos doce personas murieron y 33 resultaron heridas en la ciudad sureña de Mykolaiv, después de que un misil ruso impactara en un edificio gubernamental y dejara un enorme agujero en la estructura de nueve pisos.

Mientras tanto, la organización Human Rights Watch acusó a Rusia de utilizar minas terrestres antipersonal en la región de Járkov, en el este de Ucrania. El uso de ese tipo de minas fue prohibido por un tratado internacional en 1997, pero ni Estados Unidos ni Rusia son firmantes de dicho tratado.

Esto se produce al tiempo que esbozos de un posible acuerdo de paz han emergido de las conversaciones que se están llevando a cabo en Turquía. Ucrania ha ofrecido convertirse en un país neutral y permanecer libre de armas nucleares a cambio de garantías de seguridad. No obstante, funcionarios ucranianos dijeron que solo se podrá llegar a un acuerdo una vez que Rusia retire sus fuerzas armadas de Ucrania.

David Arakhamia: “Para que este acuerdo sea válido y todas las partes lo acepten, debe reinar la paz total en el territorio de Ucrania, sin la presencia de soldados extranjeros. Todos deben retirarse”.

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