Jueves, 03 Noviembre 2022 11:12

Amazonia: Las causas de los incendios

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Los incendios en la Amazonia se vinculan más al uso del fuego en pasturas y al desmonte que a la sequía. 

Un estudio realizado en Brasil muestra que el uso descontrolado del fuego por el hombre tuvo una mayor influencia que la sequía en los incendios registrados en toda la Amazonia entre los años 2003 y 2020. Según sus autores, los períodos con alta cantidad de focos de incendios se relacionan en mayor medida y mayoritariamente con las quemas agrícolas y con la deforestación que con las condiciones de sequía extrema.

En promedio, el 32 % de las áreas quemadas anualmente en el bioma correspondió a tierras agrícolas (dominadas por pasturas), seguidas por las praderas naturales (un 29 %) y las áreas de bosques maduros (el 16 %). Al evaluar la deforestación y las anomalías de déficit hídrico, el primer factor contribuyó más que el segundo con relación a los incendios durante el período analizado.

Asimismo, al innovar y extender el enfoque de análisis a las regiones amazónicas de los nueve países que tienen parte de esta selva en sus territorios, el trabajo mostró que Brasil y Bolivia respondieron juntos por la mayor parte de las detecciones anuales de focos de fuego en el período. Esto representa en el caso brasileño y en promedio más de la mitad de las áreas quemadas anualmente en la Amazonia, y en tierras bolivianas, alrededor de una tercera parte.

Si bien el 63 % de la Amazonia se encuentra en territorio brasileño, la selva se extiende por Perú, Bolivia, Colombia, Venezuela, Surinam, Guyana, la Guayana Francesa y Ecuador, con un área total de alrededor de 6.670.000 kilómetros cuadrados (km²) si se considera el límite de la Amazonia lato sensu.

El estudio contó con la participación de científicos del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (Inpe), del Centro Nacional de Monitoreo y Alertas de Desastres Naturales (Cemaden) y de la Universidad Federal de Maranhão (UFMA). Este artículo integra una edición especial de la revista científica Global Ecology and Biogeography que apunta a debatir la creciente amenaza de incendios forestales en el mundo.

Brasil ha vuelto a registrar una elevada cantidad de incendios en la Amazonia: el acumulado de los nueve primeros meses de este año, especialmente en agosto y septiembre, fue el peor desde 2010, cuando se registraron 102.409 focos, de acuerdo con datos del Programa Quemadas, del Inpe. Simultáneamente, a partir de 2019, las tasas de deforestación en el bioma han alcanzado los mayores niveles desde 2009, excediendo anualmente los 10 mil km² de bosques deforestados. Esta tendencia viene manteniéndose este año, de acuerdo con los alertas del DETER, el sistema de detección del Inpe.

“La literatura científica sobre los incendios en la Amazonia estaba más centrada en el territorio brasileño. Extendimos este enfoque a los otros países, en busca de entender en dónde está siendo más crítica la actividad del fuego y merece atención, con la mira puesta en las diferentes coberturas y los diversos usos del suelo. Detectamos que la agricultura, especialmente en Brasil, en donde mayoritariamente corresponde a pastizales, adopta el fuego como técnica de renovación de la vegetación, pero sin un manejo adecuado. De este modo, el riesgo de escapar de control y llegar a la selva es grande”, sostiene Marcus Vinicius de Freitas Silveira, doctorando en la División de Observación de la Tierra y Geoinformática (DIOTG-Inpe) y autor principal del trabajo.

Para el investigador Luiz Eduardo Oliveira e Cruz de Aragão, jefe de la DIOTG-Inpe y uno de los autores del artículo, este trabajo generó avances al concretar la ampliación del área geográfica analizada y abarcar casi 20 años de datos. “Con ese largo período, logramos identificar anomalías dentro de la serie temporal, como en 2020. Los resultados muestran la propagación del uso del fuego en toda la Amazonia tanto en procesos destinados a la tala y la quema de bosques como a la continuidad del manejo de pasturas”, añade.

Oliveira e Cruz de Aragão coordina el grupo TREES (Tropical Ecosystems and Environmental Sciences lab) y participa en el Programa FAPESP de Investigaciones sobre Cambios Climáticos Globales (PFPMCG), en el marco del cual se llevó a cabo el estudio. La financiación se concretó mediante tres proyectos (16/02018-2 , 20/16457-3 y 20/15230-5).

Tal como lo sostuvo el investigador, 2020 apareció como una de las “anomalías de la serie temporal”. De acuerdo con el estudio, ese año, que coincide con un debilitamiento de las operaciones de control ambiental, derivadas entre otros motivos de la pandemia de COVID-19, el área quemada fue la mayor desde el año 2010 en la selva amazónica.

Luciana Constantino-FAPESP