Mientras el presidente festeja en X la desaceleración sostenida tras el salto inflacionario que siguió a la devaluación que hizo el gobierno en diciembre - y un traspié en agosto-; el costo se observa en el enfriamiento de la actividad, una caída en el consumo y un aumento vertiginoso de la pobreza.
El presidente festejó el guarismo de septiembre en una catarata de retweets y algunos propios que celebran que "la inflación está domada" y que "nunca antes has visto luchar contra la inflación así". Entre los "logros" de su lucha, resalta el contrafáctico de "haber evitado pasar por una hiperinflación", y asegura no haber fijado el tipo de cambio y haber recompuesto los precios relativos, dos mentiras dado que el gobierno mantuvo un 'crawling peg' o ajuste gradual del tipo de cambio de 2 por ciento mensual, intervino en el mercado de dólares financieros para controlarlo, así como realizó intervenciones en precios regulados, como tarifas y otros servicios básicos, para evitar un descontrol inflacionario.
Página 12