ENTREVISTA - Corpus Christi, una novela para la intriga

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Con el autor de esta novela Diego Borges, que encierra mucho suspenso.  

Un libro singular y con características poco frecuentes en la narrativa uruguaya de ficción, acaba de ser presentado en la 46° Feria del Libro de Montevideo; se trata de la novela Corpus Christi del escritor Diego Borges, editada por Ediciones de la plaza y que ya está en librerías.

En ella, con un lenguaje y una trama que recuerda el tratamiento de la novela negra, conocemos la historia de un sacerdote católico y su peripecia, donde la imaginación y la pericia del autor en rescatar sensaciones, escenarios y momentos distintos, nos conduce por caminos infrecuentes.

Con Diego Borges, el autor de Corpus Christi, estuvimos conversando para conocer sus inicios, su visión de este trabajo, de la narrativa y el lugar de la literatura en el presente.

 —Diego, ¿cómo ha sido tu acercamiento a las letras y el mundo de la ficción que encierran los libros? ¿Dónde reside su interés?

—El interés por la escritura surge en primer lugar como un interés por la lectura. En mi casa había dos tipos de lectores: mi abuelo, que leía todos los diarios absolutamente todos los días, desde que abría su bar hasta que se acostaba y leía en la cama; y mi abuela, que luego de que mi abuelo se dormía, encendía su veladora que colocaba en el suelo, y desde debajo de la cama, comenzaban a salir una tras otra la novela de Marcial Lafuente, Estefanía, de Corín Tellado, luego de Perry Mason, de Sherlock Holmes, de Agatha Christie, entre tantas otras. Así, mirando de reojo las historietas del diario y los titulares de las novelas, comencé a leer y desde allí no he parado. Esto combinado con mi apellido (Borges) fue haciendo que me interesara cada vez más. Cuando llegué al verdadero Borges, Jorge Luis, sentí, cada vez más, el deseo por escribir. Luego, un amigo escritor me introdujo a este mundo del cual seguramente ya no podré escapar. Luego, en los últimos diez años, me he acercado a la lectura y a la escritura desde otro lugar, habiendo tenido el privilegio de formar parte de un taller literario que realmente cambió mi forma de ver los libros, de leerlos, de descubrir los mecanismos mágicos que el escritor (el buen escritor) utiliza para crear su obra. Eso me hizo acercar a los grandes maestros, a los nuestros, como Felisberto Hernández o Mario Arregui, o nuestros contemporáneos Milton Fornaro, Diego Fischer, Fernando Butazzoni o Mario Delgado Aparaín, por nombrar algunos; y también a los padres fundadores de la literatura actual, como: Gabriel García Márquez, Alejo Carpentier, Juan Rulfo y Yann Martel, autor que me encanta por lo disruptivo de sus historias, por la forma en que suelta su imaginación.

                                                        Presentación en la Feria del Libro. 

 

 —¿Cuál es el interés o el encanto por contar historias usando el lenguaje escrito y su gravitación en el siglo XXI?

—Para mí, el libro sigue siendo, y lo es cada vez más, el mecanismo por el cual realmente nos introducimos a un tema, y en el caso de la literatura de ficción, no solo a un tema, sino a un mundo, a un universo nuevo e incompleto, del cual rápidamente formamos parte como lectores. El momento actual es el de mayor edición y publicación de libros, y con un dato alcanza: solo en Uruguay se editan 3.000 libros nuevos por año. Además de todo lo que llega de afuera, que es en términos relativos, infinito. Contar historias largas, como la saga de Harry Potter, o tantas otras, e historias breves, como los cuentos de Mariana Enríquez (cuya lectura tengo pendiente en mi mesa de luz), está cada vez más vigente. En Las Piedras, ciudad donde vivo, hay clubes de lectura, noches de cuentos en los boliches, centros culturales donde casi semanalmente se presenta una obra nueva; pululan los clubes de lectura, los poetas, los cuentistas, y esto es solo un rinconcito del Uruguay.

Como anécdota, hace muy poquito fuimos con mi señora a la presentación de un libro de poesía, que es el primero de un escritor de 17 años, que muestra una profundidad increíble. Dentro de esa presentación, otro jóven, de su edad probablemente, le agradeció por la obra, pues se sintió comprendido por su poesía. Eso está pasando hoy, aquí, en Uruguay. Eso y muchísimas cosas más que muestran que el lenguaje escrito está más vivo que nunca.

Mi visión es muy positiva respecto a este tema. Creo, por el contrario que muchos, que la gente cada vez lee más. Está todo el tiempo leyendo. Micromensajes, microrrelatos, y una historia que se va hilvanando día a día e historia a historia o tweet a tweet. Y no creo que no se esté leyendo lo clásico, lo profundo, todo lo contrario, creo que hay mucho público lector, oculto y silencioso, que demanda de quien quiera escribir, un gran esfuerzo para encontrar y hacerse dueño por un rato de su tiempo e interés, por el que todo compite.

La construcción de su novela tiene aspectos peculiares, ¿cómo definiría la estructura narrativa que emplea en su novela?

—La verdad que la pregunta me hace pensar bastante sobre el proceso de creación de Corpus Christi. Una cosa que me propuse fue mantener al lector en tensión, y a la vez lograr un ritmo de avance en la novela. Por eso los capítulos son breves, tienen un nombre que los describe o genera parte de su clima, y se resuelven en sí mismos, a la vez que crean una expectativa sobre la historia en general.

La estructura en partes es el cambio de escenarios que la historia requería. No sé si logré lo que pretendía, pero en todo momento busqué mantener esa tensión e intriga. Eso me llevó también a la elección del nombre, que surge de una idea que cruza el libro y queda probablemente para un desarrollo futuro.

En cuanto al lenguaje, considero que vivimos en una época muy visual, y en este caso me ayudó mucho la construcción de contextos detallados, acompañados de diálogos que van haciendo descubrir la sensibilidad de cada personaje, y generando potencialmente una identificación con alguno de ellos, totalmente o en parte.

Pero yendo a la pregunta, diría, aunque algunos me condenen al infierno literario por ello, que es una serie en prosa, donde el narrador nos spoilea (valga el neologismo) la historia capítulo a capítulo.

¿Qué público es el receptor ideal para la historia de Corpus Cristi?

—La verdad es que no tengo en mente un lector o una lectora determinados, ni me gustaría tenerlos. Me parece muy interesante lo que viene pasando con la novela hasta el momento. He tenido la posibilidad de mantener contacto con varios de los lectores, y es muy reconfortante ver lo que encuentran en Corpus Christi. En esto de no pensar en un lector, creo haber aprendido las lecciones que Cortazar nos da al respecto, porque si pensáramos en un lector determinado: ¿cuánta libertad creativa nos quedaría?

Lo que sí puedo contar con gran satisfacción es que para algunos lectores, esta novela ha sido la mejor que han leído, ¡pués ha sido la única!, lo cual quiere decir que Corpus Christi ha logrado iniciar a un lector de ficción, con lo cual puedo decir que me siento, como novel escritor, totalmente realizado y eternamente agradecido.

Daniel Rovira Alhers

rovira@propuesta

 

Modificado por última vez en Sábado, 19 Octubre 2024 11:30