El proyecto que tuvo una inversión inicial de 46 millones de dólares y un plazo de construcción de 21 meses, se encuentra en las etapas finales de los movimientos de suelos (82%) y la ejecución de las fundaciones de los edificios (71%), al tiempo que se avanza a buen ritmo con el montaje de piezas prefabricadas de hormigón armado (16%) y los montajes de los muros perimetrales y patios (28%).
Cabe recordar que esta cárcel tendrá una capacidad inicial de 846 plazas, pudiendo ampliarse a 1.015, incluyendo áreas diseñadas con una perspectiva de género, además de 66 plazas para preegresos y 30 para personas trans.
A su vez se incorporarán espacios sociolaborales, talleres educativos y un polideportivo.
A raíz de las características de este centro (que se enmarca dentro de una serie de reformas y construcciones impulsadas por el Ministerio del Interior para mejorar las condiciones de los centros penitenciarios en todo el país, con el objetivo de reducir los niveles de reincidencia y promover una verdadera rehabilitación de las personas privadas de libertad), se convertirá en el primero de su tipo en Uruguay y en América Latina.