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Domingo, 06 Diciembre 2020 11:46

OPINIÓN - Vázquez, el gran constructor

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La desaparición física del doctor Tabaré Vázquez (1940-2020) este domingo 6 de diciembre, golpeó los afectos de los uruguayos más allá de fronteras políticas.

Es que Vázquez fue uno de los más amplios y energicos mandatarios en defensa de la libertad y el respeto político. Era de esperar que desde todas las tiendas la devolución fuera de respeto y admiración para una trayectoria que posicionó a nuestro país en más de una ocasión, en la primera portada de la política latinoamericana y mundial.

De muestra un botón alcanza. Para el mundo no pasó desapercibido el gesto cuando Vázquez, siendo todavía el Presidente, invitó al actual mandatario Lacalle Pou, a que lo acompañara a Buenos Aires ante la asunción de Alberto Fernández, fuera de todo protocolo y obligación.

Ese talante democrático, abierto, sincero, directo, fruto tal vez de su pasión por la ciencia, fue siempre su bandera de presentación y llegada en su carrera política a lo largo de los años.

Desde su brillante campaña para la intendencia de Montevideo hasta la elección que lo proclama vencedor en 2004, llegando a la Presidencia por primera vez una fuerza de izquierda y su segunda presidencia en 2014, lo convirtieron en una persona singular, querida por la ciudadanía, que expresaba en sus actos, el apoyo que recogía con una seguridad y humildad singulares.

La lucha contra el tabaquismo fue una de las grandes batalla en que empeño su esfuerzo y dedicación. Fuímos los primeros en controlar su consumo en espacios públicos. Pero también el Plan Ceibal; por primera vez un país regalaba computadoras a todos los menores en las escuelas.

Y también tuvo que vivir los difíciles momentos cuando la crisis por la planta de celulosa, la presión internacional, la cautela, la reflexión como primer uruguayo enfrentado a una dificultad mayor. Y en su segunda presidencia, el sistema de cuidados, la salud, su vida dividida en dos, la política y la medicina, verdadera pasión de Vázquez.

En muchas ocasiones vivir momentos como el presente no nos deja ver su trascendencia y significación con su perspectiva histórica. Más allá de banderas, más allá de las tribunas que siempre son necesarias para expresar la voz de todos, la de los más desproteguidos y necesitados, este día es de gran dolor para la democracia, para los partidos democráticos de nuestro país, para la izquierda que pierde a uno de sus conductores más claros y populares.

Vázquez fue un constructor de esperanzas, desde el cuadro de fútbol de sus amores Progreso, desde la intendencia de Montevideo, o desde la Presidencia de la República, esperanzas, esperanzas y esperanzas, y como dijo hace poco, siempre resistir, no entregarse.

Su fallecimiento es un doloroso final para un hombre que lucho contra la enfermedad y que debió enfrentar en su propio cuerpo la enfermedad que combatió toda su vida.

Viejo Vizcacha

Redacción

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