Según revelan los informes oficiales, Cid organizó la emisión de certificados falsos de vacunación contra el covid-19 —primero para su esposa, Gabriela Santiago Cid y sus dos hijas, y luego para Bolsonaro y su hija menor de edad—. En una declaración prestada el miércoles, Cid guardó silencio ante las autoridades.
Las pesquisas se basaron en registros informáticos y telefónicos de Cid recogidos en el marco de otra investigación, sobre un directo en el que Bolsonaro vinculó falsamente la vacuna anticovid con la contaminación por sida.
Fue así como los agentes federales accedieron a los datos almacenados por Cid en las nubes de Google y Apple, lo que dio impulso a las investigaciones. Se incorporaron al sumario capturas de pantalla de conversaciones que Cid mantuvo con varios implicados.
Además de Cid, otras cinco personas fueron detenidas: el policía militar Max Guilherme; el agente de seguridad de Bolsonaro, Sergio Cordeiro; el sargento Luiz Marcos dos Reis; el exmayor del ejército Ailton Gonçalves Moraes Barros y el secretario municipal de Gobierno de Duque de Caxias (en el estado de Río de Janeiro), João Carlos de Sousa Brecha.
tras 16 personas fueron objeto de órdenes de registro e incautación, entre ellas Bolsonaro, que vio confiscado su teléfono móvil. El celular de su esposa, Michelle Bolsonaro, no fue confiscado por los policías.
Para realizar los fraudes, Cid contó con la con la ayuda del sargento Luiz Marcos dos Reis, cuyo sobrino, el médico Farley Vinícius Alcantara, emitió un documento falso a favor de Gabriela Cid desde el municipio de Cabeceiras, en el estado de Goiás. Alcantara rellenó carnés de vacunación del Departamento de Salud de Goiás y los firmó con su sello y número de registro en el Consejo Federal de Medicina (CFM).
El expresidente quedó bajo la lupa después que la Contraloría General envió una alerta a la Policía Federal en enero de 2023. El órgano señalaba que, aunque el sistema del Ministerio de Salud mostraba que Bolsonaro había sido vacunado el 13 de agosto y el 14 de octubre de 2022, también en Duque de Caxias, no había pruebas de que eso hubiera realmente ocurrido.
Agencia Brasil