Experimentos con animales y con células humanas realizados en la Universidad de São Paulo (USP), en Brasil, sugieren que la niclosamida, un vermífugo de amplia utilización, tendría acción antiviral y podría inhibir la respuesta inflamatoria exacerbada que muchas veces ocasiona la muerte pacientes con la forma grave de COVID-19.
Aún es necesario realizar nuevos estudios para descubrir si los efectos, descritos en un artículo publicado en Science Advances, se confirman en humanos. Y según los autores del mismo, para ello habrá que desarrollar una nueva fórmula del fármaco, pues la que se encuentra disponible actualmente en las farmacias –de administración oral– no tendría efecto en los pulmones.
“Las pastillas con niclosamida disponibles comercialmente no son absorbidas en el estómago, por eso funciona con gusanos intestinales. Pero no funcionarán contra el COVID-19 si se las administra por vía oral. Para solucionar este problema, será necesario desarrollar una nueva fórmula del fármaco que llegue directamente a los pulmones”, explica Dario Zamboni, docente de la Facultad de Medicina de Ribeirão Preto (FMRP-USP) e integrante del Centro de Investigaciones en Enfermedades Inflamatorias (CRID), un Centro de Investigación, Innovación y Difusión (CEPID) de la FAPESP.
De acuerdo con Zamboni, los efectos antiinflamatorios de la niclosamida que se observaron en la investigación obedecen al bloqueo de un mecanismo inmunológico conocido como inflamasoma, un complejo proteico presente en el interior de las células de defensa. Cuando se activa esta maquinaria, se empiezan a elaborar moléculas proinflamatorias conocidas como citoquinas que le advierten al sistema inmunitario acerca de la necesidad de enviar más células de defensa al lugar de la infección.
María Fernanda Ziegler-FAPESP