La llegada de Lula da Silva a la capital de nuestro país, fue motivo de celebración por parte de varios colectivos.
En la explanada de la Intendencia, miles de personas llenaron el espacio, buscando saludar y escuchar las palabras que el mandatario brasileño tenía para los montevideanos que, a pesar del sol y el calor abrasador, cubrieron el espacio conformando una multitud de varios miles de personas.
La convocatoria había surgidos desde distintos colectivos, desde la propia intendenta de Montevideo, Carolina Cosse, el Frente Amplio, organizaciones barriales, sindicatos y la gente de a pie, que sola fue por la suyas.
Allí estaban todos. Con pancartas señalando el sindicato a que pertenecían, el partido político y sus distintas tendencias y las banderas con sus emblemas, además de la bandera uruguaya y la brasileña.
La espera fue no fue breve. La ayuda de la nubosidad que de a ratos se intensificaba, paliaba en parte la permanencia bajo el sol.
Se sabía que la agenda de Lula para esta breve visita a nuestro país, camino al suyo luego de su permanencia en Argentina, era abultada, y que se debía tener paciencia y esperar.
Sobre las 16 horas, la Avenida 18 de Julio estaba cubierta por la gente en las dos cuadras frente a la intendencia. Unos minutos después de las 16:15, apareció la imagen sobre una pantalla, que transmitía la ceremonia de entrega de la distinción “Más verde”, por parte de la intendenta, en el interior del edificio.
Allí, con traducción simultánea, Lula hizo un discurso donde destacó que ésta era la segunda vez que viene a Montevideo, recordando que la primera fue en su primera administración en 2003. Afirmó el papel singular que tiene su país en el concierto de las naciones latinoamericanas en función de su escala, su población, sus recursos y conocimiento tecnólogico, y auguró que su mandato será para llevar adelante a las naciones del América del Sur, asi como al Mercosur, para que el tuvo palabras auspiciosas. Destacó enfáticamente el papel de la mujer en la política y la de Cosse en particular, recordando que en su actual gobierno, la presencia femenina en su gabinete es importante, señalando con ello, la separación entre la nueva política y la vieja política.
Luego, al abandonar la sala, la comitiva se presentó en los balcones del edificio. Cuando apareció Lula, la multitud lo ovacionó siendo respondida por el mandatario visitante.
Desde el balcón del primer piso, frente a la multitud, volvió a hablar del hermanamiento de los pueblos y la confianza en el trabajo conjunto y en la satisfacción de ver el mejoramiento de los ciudadanos.
La breve presencia de Lula entre nosotros, deja un aire de esperanza y de positivismo. Eso se escuchaba entre los asistentes que aplaudieron entusiasmados las palabras del presidente de Brasil.
Su importancia y la gravitación de su conducción política, puede ser el antídoto que necesita su país, y en buena medida la región, para olvidar las grietas, los odios, y poder salir adelante.
Como decía mi abuelita, algún ruidito hubo, pero no pasó nada.
Viejo Vizcacha
