El año pasado, el agua cubría 18,3 millones de hectáreas, es decir, el 2% del territorio nacional. La cifra representa un descenso del 1,5% respecto a la media histórica, calculada por primera vez en 1985.
Hubo una pérdida de agua en todos los meses de 2023 en comparación con el año anterior, incluyendo los meses de la temporada de lluvias. En 2022, la superficie de agua ascendía a 18,8 millones de hectáreas. Las cifras figuran en una nueva recopilación de datos de MapBiomas, que abarca el periodo hasta 2023. Según la organización, los biomas llevan sufriendo la pérdida de agua superficial desde el año 2000, y la década de 2010 fue la más crítica.
En 2023, las masas de agua naturales representaban el 77% de la superficie acuática del país, en la que se ha producido un descenso del 30,8% o 6,3 millones de hectáreas respecto a 1985. El 23% restante es agua antropogénica, es decir, agua almacenada en embalses, presas hidroeléctricas, acuicultura y minería, con un total de 4,1 millones de hectáreas. De este total, los grandes embalses, que son monitoreados por la Agencia Nacional de Aguas (ANA), representan 3,3 millones de hectáreas, que crecieron un 26% en 2023 en comparación con 1985.
"Mientras que el Cerrado y la Caatinga están experimentando un aumento de la superficie de agua debido a la creación de presas hidroeléctricas y embalses, otros, como la Amazonía y el Pantanal, se enfrentan a una severa reducción de agua, lo que lleva a importantes impactos ecológicos, sociales y económicos. Estas tendencias, agravadas por el cambio climático, enfatizan la urgente necesidad de estrategias de adaptación y gestión del agua", dijo Juliano Schirmbeck, coordinador técnico de MapBiomas Água, en un comunicado.
Agencia Brasil


