La Confederación de Sindicatos Industriales (CSI) y el Proyecto Saberes en Acción del Instituto Cuesta-Duarte intercambiaron con expertos en temas industriales para la elaboración del documento “Bases para una política industrial 2025-2030”
En un esfuerzo por promover un diálogo amplio y participativo sobre el futuro de la industria uruguaya, la Confederación de Sindicatos Industriales (CSI) junto al equipo técnico del Proyecto Saberes en Acción, organizaron el pasado viernes 13 de setiembre un taller de intercambio en la sede de la Federación de Obreros y Empleados de la Bebida (FOEB). El evento reunió a expertos técnicos, académicos y exautoridades del Ministerio de Industria, Energía y Minería.
Este encuentro se enmarca en las propuestas presentadas por el PIT-CNT el pasado 1º de mayo, que subrayaron la necesidad de un gran diálogo social para diseñar una estrategia nacional de desarrollo. En esta oportunidad, el debate estuvo orientado a aportar insumos al documento “Bases para una Política Industrial 2025-2030”, actualmente en elaboración por parte de la CSI y el Proyecto Saberes en Acción.
Durante la mesa redonda, se discutió ampliamente la importancia de avanzar hacia una política industrial que sea integral, orgánica y sostenible a largo plazo. Se señaló que Uruguay debe reconocer que la política industrial ha vuelto a ser ejecutada en diversos países y que es necesario superar las dudas internas sobre su pertinencia y enfocarse en su diseño e implementación.
En un contexto global donde muchos países están retomando y fortaleciendo sus políticas industriales para impulsar el desarrollo económico y la competitividad, los riesgos de no implementar una política industrial son significativos.
La falta de una estrategia industrial robusta puede llevar a una pérdida de oportunidades en el mercado internacional, con consecuencias negativas frente a otros países que están adoptando enfoques agresivos para apoyar su industria. También se mencionó que sin una política industrial será muy difícil acompasar el cambio técnico que hoy está revolucionando las formas de producción a partir de lo que se conoce como Industria 4.0.
Una de las ideas centrales es que no hay desarrollo industrial sin una política decidida de desarrollo, tal como lo muestra la experiencia mundial. Sin embargo, se advirtió que una política industrial por sí sola no garantiza una industrialización genuina. La experiencia ha demostrado que, si no se diseñan adecuadamente, estas políticas pueden favorecer sectores rentistas en lugar de aquellos que impulsan la productividad. Por ello, se enfatizó la necesidad de atar la política industrial al desarrollo de una productividad genuina.
Otro de los pilares mencionados fue el rol clave de las compras públicas para estimular la producción nacional, así como la necesidad de un fondo industrial con recursos del Estado destinados a proyectos de desarrollo de alto riesgo y larga duración. En este sentido, se destacó la importancia de contar con una banca de desarrollo que apoye estos proyectos, canalizando los recursos de sectores con ganancias extraordinarias hacia el fortalecimiento productivo.
Asimismo, se subrayó la urgencia de avanzar en la integración regional, especialmente en temas de complementación productiva intraindustrial. En este sentido se señaló la importancia del acuerdo recientemente firmado entre el PIT-CNT e Industriall Brasil para el estudio y la promoción de la cooperación productiva binacional entre Uruguay y Brasil.
Otro punto central fue el fortalecimiento de la institucionalidad. En tal sentido se mencionó la necesidad de evaluar la reinstalación de mesas sectoriales y el diseño de sistemas de información que permitan monitorear el estado de la industria en tiempo real, y así facilitar una mejor planificación y toma de decisiones. Pensar una política industrial implica retomar la planificación a largo plazo, para lo cual se requieren capacidades estatales, instrumentos adecuados, masa crítica e institucionalidad sólida.