Israel restringe cada vez más la ayuda que entra y se distribuye en Gaza. La Oficina de Coordinación de la Ayuda Humanitaria (OCHA) afirma que el acceso a la gobernación del norte de Gaza, asediado desde principios de octubre, sigue siendo “extremadamente limitado”.
Durante el fin de semana, la ONU no pudo acceder a la zona y se teme por la suerte de los palestinos que permanecen allí. OCHA pide urgentemente a Israel que permita las operaciones humanitarias a la escala necesaria, dadas las enormes necesidades.
Durante los últimos tres días, equipos humanitarios, de derechos humanos y de la oficina de desminado han entrevistado a cientos de familias que se refugian en Ciudad de Gaza, incluyendo algunas que han llegado en las últimas semanas de la gobernación del norte de Gaza.
Algunas familias desplazadas han buscado refugio en casas abandonadas o clínicas destruidas, mientras que otras están a la intemperie en la calle o en campos, expuestas a las inclemencias del tiempo.
En uno de los sitios visitados, encontraron a más de una docena de familias —incluyendo personas con discapacidades y otras con necesidades médicas urgentes— refugiadas en el sótano de un edificio gravemente dañado. El espacio carecía de electricidad y estaba lleno de aguas residuales.
Para quienes se encuentran en escuelas convertidas en refugios, las condiciones también son terribles. No hay suficientes baños, lo que obliga a muchos a hacer sus necesidades en los mismos lugares donde duermen. Los desplazados expresaron su temor a los perros callejeros durante la noche, ya que las escuelas carecen de muros.
Los equipos de la ONU alertaron de que se necesita atención médica con urgencia, además de comida, lonas, tiendas de campaña, mantas, ropa de abrigo, zapatos, calefactores y combustible, ya que se acerca el invierno.