Un diagnóstico precoz y tratamiento inmediato permitirá que “este niño no tenga secuelas o sean las menores posibles”. Una nutrición adecuada de la madre -previo y durante el embarazo y en el período de lactancia-, a través de la ingesta de productos de origen animal, o en el caso de dietas veganas la suplementación, aportará la concentración de B12 necesaria para permitir el crecimiento y desarrollo saludable del bebé, explicó el entrevistado.
Un estudio realizado en el Hospital Pereira Rosell por parte de un equipo interdisciplinario de la Universidad de la República (UdelaR) reveló que uno de cada seis recién nacidos tienen carencia de B12 (17%), lo que para este profesional muestra una realidad de lo que bien puede suceder en cualquier hospital público del país, como el nuestro, y en la que no necesariamente la carencia de consumo de carne en la dieta de la madre está asociada con una elección, sino más bien a un contexto de pobreza.
En el citado trabajo, se estudia la concentración de vitamina B12 en “el cordón umbilical de estos recién nacidos”, hijos de “muchas madres con una cantidad de esta vitamina por debajo de los valores normales. Si partimos del impacto que tiene, vamos a ver recién nacidos y lactantes con problemas desde el punto de vista neurológico, además de anemia”, ilustró.
En Paysandú “ya estamos viendo pacientitos con este déficit, que los hemos diagnosticado, lo cual requiere un alto índice de sospecha de esta situación”, observó, destacando en este sentido que “el diagnóstico cuanto más precoz lo podamos hacer e iniciar un tratamiento adecuado, va a ayudar a que este niño no tenga secuelas o sean las menores posibles”.
Venturino señaló que “en nuestra experiencia, la gran mayoría de los pacientes que hemos tenido con déficit de vitamina B12”, tras “el tratamiento, que justamente es con vitamina B12 y Omega 3 para ayudar en el desarrollo neurológico, han logrado recuperarse”, aseguró.
El Telégrafo